Angela Merkel (Foto: © Guido Bergmann - Presse und Informationsamt der Bundesregierung)
Por: Alex Ninaja El 22 de octubre del presente año se constituyó la cámara legislativa de Alemania, llamada en su idioma: Bundestag (Congreso Federal). La constitución del decimoctavo parlamento es producto de las últimas elecciones realizadas el 22 de septiembre y marcará en los próximos cuatro años el rumbo de este país. Las facultades del parlamento, junto a su tarea legislativa, incluyen también el derecho de elección por mayoría simple del canciller, quien junto a su gabinete conforman el poder ejecutivo gubernamental. Hora de hacer un balance político.
Sigmar Gabriel (Foto: © spd.de)
Pese a la mayoría abrumadora que obtuvo el partido conservador CDU liderado por la actual canciller Angela Merkel con un 34,1 % y que le otorgan 311 curules en el parlamento, este partido no logró alcanzar la mayoría absoluta que requeriría; en relación a los 631 votos, que es el total de congresistas que conforman el actual parlamento alemán. Por otro lado se aprecia a una mayoría fáctica de partidos de centro izquierda en el actual parlamento, representado por los siguientes tres partidos: La Social Democracia Alemana (SPD) con 193 congresistas, la Izquierda (DIE LINKE) con 64 congresistas y los Verdes (Die Grünen) con 63 congresistas, estos tres sumarían 320 votos que podrían determinar un gobierno de centro-izquierda en Alemania. Pero la actual dirigencia socialdemócrata, no está interesada en adentrarse a un proyecto de izquierda, aduciendo que el partido DIE LINKE no está apto para participar en responsabilidades de gobierno, de un país que es miembro de la OTAN y además líder dentro de los países industrializados.
Angela Merkel ha demostrado en los últimos ocho años de gobierno, un propio estilo de hacer política que la ha llevado a tener éxito, frente a sus próximos aliados y rivales. En su propio partido político logró neutralizar a cuadros políticos de manera silenciosa, llevándolos muchas veces a la renuncia, no solo a sus cargos, sino también a la política en general. Frente a sus adversarios es aun en el campo político mucho más letal. Entre sus medidas muchas veces acertadas como desacertadas, ha aplicado de manera inteligente la teoría de “demovilización asimétrica” que consiste en mantenerse un silencio y paralización en momentos de crisis, en contra de la naturaleza del político clásico, que en momentos álgidos hace uso de un protagonismo que muchas veces es más dañino que positivo. Con esta estrategia ha logrado confrontar muchas medidas con contramedidas, causando estas segundas, muchas veces una impresión de alivio ante la opinión pública. El ejemplo del caso de las medidas que ella tomó después de la catástrofe nuclear de Fukushima, demostraron, cómo Merkel puede dar una solución a un problema, que ella misma había causado; pues en este caso, fue precisamente ella quien hasta antes de la catástrofe, reimpulsó al sector atómico con su lobby. Luego estallan las plantas atómicas de Fukushima y es Merkel quien sale a la palestra pública, convirtiéndose en una luchadora contra la energía atómica y vanguardista de una nueva energía renovable, solo que ella misma no sabe cómo reimpulsar al sistema energético en esta nueva dirección, pero el efecto mediático ya estaba ganado.
Las elecciones datan de casi dos meses atrás y aún no se ha elegido al nuevo gobierno que regirá al país en los próximos cuatro años. Existe una unanimidad entre las dirigencias de la CDU y el SPD, para conformar una gran coalición. Las negociaciones al respecto se llevan a cabo desde el 25 de octubre y posiblemente terminen la última semana de noviembre, con la firma de un contrato de coalición, llevando éste a una elección, por tercera vez consecutiva, de Angela Merkel como Canciller de Alemania. La negociación política más larga en la historia de la Alemania contemporánea.
A propósito de reelecciones, los europeos forman parte de aquellos escasos habitantes elegidos del planeta, quienes pueden gozar de este tipo de comicios, sin nombrarse autócratas. ¡Qué alegría!
La dirigencia del SPD ha acordado hacer un referéndum interno dentro de su militancia hasta el 13 de diciembre, para pedir la aprobación o reprobación de una posible coalición política entre el SPD y la CDU, para ello se requerirán por lo menos 93 000 votos. Ello tiene como objetivo envolver en esta responsabilidad a toda la militancia de su partido. Es que el miedo que se tiene, en perder más perfil político en los próximos cuatro años, es muy alto.
Muchos analistas políticos han dado a Angela Merkel distintos sobrenombres como la Viuda Negra, la Nuez Marrón, etc. Ello por la manera en que terminaron sus últimos aliados. La penúltima vez fue el SPD quien comenzó el gobierno con Merkel con un 34,2 % y terminó con un 23,3%. Y en la última coalición fue el FDP (Partido Liberal), quien comenzó el gobierno con Merkel con un 14,6% y terminó este año en una bancarrota con un 4,8%, perdiendo su derecho a participar en el parlamento federal. Mientras Angela Merkel fue aumentando su aprobación electoral en cada elección, llegando en los últimos comicios, como lo indicábamos antes, a rozar la mayoría absoluta. Una coalición de interés unilateral.
Durante ambos periodos de gobierno, fue Merkel quien en todo momento ocupó posiciones estratégicas en los ministerios, no dejando en ningún momento poder perfilarse a sus entonces aliados gubernamentales, como miembros plenos de una coalición gubernamental, su apoyo lo tenían aquellos que hicieron lo que ella quería, y apenas intentaban perfilarse, sea con el cumplimiento de las clausulas del contrato de coalición o por iniciativa propia, se podía notar una ausencia de parte de la canciller quien ponía en claro con ello, que dichas medidas no eran parte de su incumbencia.
Durante la crisis financiera y europea; fue Alemania quien gracias a su industria, infraestructura y una deuda externa, que de no ser por los trucos financistas sería impagable; llegó a entronarse como la nación líder dentro de la Unión Europea y ello con Angela Merkel en el poder.
Las negociaciones entre el SPD y la CDU continúan. A diario nos enteramos de las diferentes medidas que podrían darse, entre ellas algunas positivas como la del sueldo mínimo vital; pero hasta la fecha nadie ha dicho: ¿cómo se piensa financiar todas estas medidas que forman parte del contrato de la gran coalición?
Nadie se atreve a decir, ¿qué va a suceder los primeros cien días de este posible gobierno?, los congresistas están más preocupados en mantener sus curules que tanto les ha costado obtener, pues en caso de que el SPD niegue una gran coalición, posiblemente se llamaría a nuevas elecciones, las cuales podrían lanzar a la palestra política, a fuerzas de derecha como la AfD (Alternativa para Alemania) y el mismo FDP, lo cual implicaría la salida de muchos parlamentarios recién electos.
Así la reelección de Angela Merkel y su partido CDU en su tercer periodo es casi segura, pero el éxito del SPD es una vez más, más que seguro, inseguro.
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