Por: MAXIMILIANO OCHANTE SAUÑE Nuestra visita a la comunidad Nativa de Santa Teresita, fue con los estudiantes de ecoturismo del curso de Identidad Regional. Comunidad Nativa que está ubicado en el Departamento de Madre de Dios (Perú), Provincia de Tambopata, Distrito Las Piedras. Grupo étnico que se conoce con el nombre de los YINES de familia lingüística arawak. Se puede acceder por vía terrestre, de Puerto Maldonado hasta Puerto Arturo en aproximadamente 20 minutos en auto y luego se prosigue por Vía fluvial en bote fuera de borda en un tiempo de 40 minutos.
A nuestra llegada, el Presidente de la Comunidad Amancio Zumaeta vestido con cusma de color blanco, figuras geométricas nos recibe amablemente. Nos informa con mucha nostalgia, que ellos son de origen ucayalino, pero como consecuencia de la violencia desatada en la selva central en el año 2000 llegaron a través de los “corredores fluviales” cinco familias de ese grupo, ubicándose de manera prístina en Boca Manu, del Distrito de Fizcarrald, Provincia de Tambopata del Departamento de Madre de Dios, en la que convivieron de manera eventual con otros grupos como; Tayacome Yomibato. Con posterioridad en el año 2001, por el poco espacio territorial y al no poder convivir con estos grupos étnicos se desplazan al Rio Las Piedras donde actualmente radican y quieren eclosionar una nueva comunidad, con una territorialidad nada definido, ya que al inicio solicitaron 189 hectáreas y por cuestiones de superposición de área se reduce sólo a 70 hectáreas, que los convierte en una comunidad seriamente vulnerable y con una fragilidad demográfica de autoreproducción, de extinción física y genética, ya que la cantidad mínima de individuos que una sociedad necesita para reproducirse según Wise es de 225 y poblaciones menores a esta cifra están condenadas a desaparecer y con ella su cultura su tradicionalidad, lengua, costumbres y cosmovisión.
El pueblo indígena de los Yines según Alejandro Smith Bisso, es una cultura de varzea. Se les llama también Piros, chontaquiros, shimirinchis. Chontaquiro es un constructo de la lengua quechua: chonta= madera negra/ quiro= diente. Se les considera como los “fenicios” amazónicos ya que son unos excelentes navegantes, gente del rio, que siempre se han movilizado a través de “corredores fluviales”. Por eso, encontramos a los Yines en la cuenca del Rio Madre de Dios: Diamantes, Monte Salvado en el Rio Las Piedras. En Brasil que son reconocidos como Manchineri (Estado de Acre), en la cuenca del Rio Beni (Bolivia), en Colombia fruto de las movilizaciones forzadas generados en la época del caucho. Este fenómeno de carácter transnacional, transfronterizo es descrito por el investigador Stefano Varese que nos habla sobre los “redes de relaciones transnacionales y transestatales” que vienen reconstituyendo una sociedad civil trasnacional.
Su lengua materna a diferencia de las otras comunidades asentados en Madre de Dios sigue vigente. Las madres conversan con sus hijos en su lengua arawak, pero con los visitantes se comunican en español. Como se sabe, la identidad cultural de un pueblo no solamente supervive a través de la lengua, sino que los define a un grupo frente a otros; es la expresión de su tradicionalidad y conocimientos acumulados. Sin embargo, en muchas poblaciones indígenas de la amazonia, los padres de familia exigen a sus hijos para que aprendan el español a fin de que se “defiendan en la vida”. Con ello, se genera el incremento del número de hablantes del castellano y una “devaluación lingüística”, que disminuye la proporción de hablantes de lenguas maternas. En el caso de la Comunidad nativa de Santa Teresita, su lengua y su tradicionalidad popular todavía no está menospreciada por sus habitantes fundamentalmente por la juventud y los niños.
En ello, contribuye también la educación bilingüe, que lo dirige una docente en una escuelita demasiado precario, construido por la población Yine, que alberga a 23 alumnos cuyas edades oscilan entre los 6 años a los 14 a 15 años. Al respecto, sabemos que en nuestro país hace muchos años el Ministerio de Educación a través de un convenio con el Instituto Lingüístico de Verano desplegó esfuerzos para que pueblos de la selva peruana puedan concentrarse en la tarea de aprendizaje de la escritura en su propio idioma y luego después dar paso al aprendizaje en la lengua española; con tal motivo se entrenó en las técnicas metodológicas de la educación bilingüe a muchos maestros nativos de los diferentes grupos etnolingüística. Hoy muchos docentes vienen defendiendo la educación bilingüe Intercultural de identificación con su cultura de origen, defensa de su territorialidad y el conocimiento de otras culturas que podrían ser un valioso aporte para de esta manera enriquecer su propia cultura.
Dentro de la comunidad nativa de Santa Teresita, la profesora Ladis Enciso nos dice que ellos continúan con su lengua materna, se les enseña su artesanía tradicional, danzas y se les recuerda constantemente su tradicionalidad popular. De esta manera la escuela bilingüe le permite por un lado al niño permanecer cerca a su casa y por otro evitar posibles traumas de un forzado abandono de su lengua y cultura nativa.
Su actividad principal de la Comunidad nativa de Santa Teresita es la agricultura. Sin embargo, con el fin de diversificar su economía están muy interesados en promover el turismo en su comunidad. Por eso, el entusiasmo en recibirnos cuando visitamos a esta comunidad, que muy decantados nos explican sobre sus costumbres y sus conocimientos ancestrales.
Así, el presidente de la comunidad Amancio Zumaeta después del “guiado protocolar”, nos dice que en sus danzas “no imitan a las danzas que practican en el departamento de San Martin”, pues en alguna medida siguen conservando muchas costumbres como el denominado Gishriri o “fiesta de la juventud” para los que han cumplido 15 años, en la que la comunidad y otras amistades participan con abundante comida producto de la caza, se toma masato fermentado en cuatro días. En esta fiesta la joven que llega a la pubertad escoge a su pareja. Pero antes tiene que cumplir una serie de ritualidades como el de teñirse de negro los dientes para no reír con una planta silvestre denominado shkerjru, de ahí que se les conoce a este grupo étnico con el nombre de “Chontaquiros”.
Este tipo de ritualidades en muchas comunidades nativas ya va perdiéndose. Ritos de las etapas de la vida celebrados desde su nacimiento hasta la muerte. Así, en muchos grupos étnicos de la amazonia peruana cuando una niña llegaba a la pubertad el ritual de iniciación se manifestaba desde la primera menstruación donde la joven sufría un encierro aproximado de tres lunas, período durante el cual la mamá, o tía más próximo, incluso la abuela materna, le lavaba con agua caliente al comenzar su reclusión y salir de ella.
Estas ritualidades del paso a la juventud, investigados por muchos antropólogos, funcionaba de manera automática. Para ellos, los tabús alimenticios eran: no podían comer sal, plátano, ni nada que pueda provocar nuevas hemorragias; no comían ningún pescado que tenga dientes, para que no sea infiel en el matrimonio, ni el gusano suri para que no se vuelva mentirosa.
Existían también tabús sociales. No podían reírse, ni mirar a ningún hombre, en la creencia de que estando enferma no tendría hijos. Hablaban siempre en voz baja y en falsete y se dedicaban preferentemente a faenas domésticas y a tejer algodón.
Se sabe, que en la población indígena de los cubeos, existían una serie de ritualidades de iniciación femenina. Así, por ejemplo el rito de la desfloración digital, que lo realizaba un anciano, en la que le introducía tres dedos juntos y al término le decía “ya eres mujer”. Si esta ritualidad no se cumplía se afirmaba que el coito les seria doloroso y tendrían dificultades durante el parto. La desfloración se realizaba en secreto en la convicción de que es la Luna que llega por la noche y tiene con la niña una primera relación sexual y provoca esa primera menstruación, es decir la desfloración.
Nuestra Informante Ruz Mary Sebastián Díaz de la Comunidad nativa de Santa Teresita, nos dice que la joven adolescente de su comunidad cuando llega a frisar los 15 años ya están autorizados para tener pareja y los varones a los 18 años. Es una comunidad exógamo, ya que están prohibidos los adolescentes conseguir pareja dentro de la comunidad. Por eso, una mujer y su esposo son siempre de diferentes grupos.
Ellos siguen manteniendo muchas ritualidades de las etapas de la vida. De la información de campo recolectada, sabemos que la mujer adolescente, cuando llega su primera menstruación su abuela le hace descansar un mes y le prohíbe que coma alimentos con sal, azúcar para evitar enfermedades y cuando termina su menstruación la misma abuela le baña. Los partos de la misma manera también son rituales. Así, la mujer que esta por dar parto se le hace tomar un preparado de hierbas con hojas de cetico para que ayude a la dilatación y pueda dar el parto con facilidad. La partera tiene que ser la más antigua de la comunidad, no puede atender un parto una joven porque si no los niños siempre se enfermarían.
La señora Ruz Mary Sebastián nos sigue informando que cuando el niño(a) nace, la mamá no puede hacer nada durante un mes, solo descansa, por eso antes del parto tiene que escoger una comadre y ella tiene que hacer todas las cosas de la casa como: lavar, cocinar y atender a la mamá y al bebe hasta que cumpla un mes. El papá, de la misma manera no puede trabajar, ni tocar nada, no coger machete, no cultivar ni cazar, hasta que el bebe cumpla un mes. Tiene que hacer dieta con alimentos sin sal y azúcar para que el niño no se enferme. Cuando ya pasa el mes el papá y la mamá ya pueden trabajar y volver a sus actividades normales.
Esta es la comunidad, que con mucho entusiasmo está interesado en generar un turismo vivencial. Sus visitantes por el momento son estudiantes de la Universidad Nacional Amazónica de Madre de Dios. Saben que otros grupos étnicos en estos últimos tiempos han conformado Empresas de turismo como la Empresa Multicomunal Casa Matsiguenka en el Parque Nacional del Manu. De la misma manera también la Federación de Comunidades Nativas del Río Madre de Dios (FENAMAD) ha desplegado cierta actividad empresarial. En ello, es significativa la conformación de la empresa de Turismo Indígena Wanamei explotando la Reserva Comunal Amarakaeri y los territorios de las comunidades Harakmbut, Machiguenka y Yine con productos destinados básicamente al turismo vivencial.
Otras iniciativas descritos por el investigador Oriol Beltrán Costa está la fomentada por el Inrena y el Ministerio de Agricultura en la comunidad de colonos de Baltimore. De la Comunidad nativa de Infierno, de población Ese Eja. Las iniciativas privadas en la misma por la familia Mishaja y Duran que vienen formando empresas de carácter familiar.
En suma, es una ilusión que también ha penetrado en esta comunidad y en esta dirección se encaminan con la finalidad de resolver sus problemas económicas. Nosotros nos despedimos y prometimos retornar en otra oportunidad. Muchas gracias a la población de la Comunidad nativa de Santa Teresita que nos recibieron con mucho cariño.
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